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¿Tu familia es de las que prefiere un hotel de todo incluido mejor que media pensión? ¿No habéis ido nunca de camping? Entonces sois como nosotros. Nunca nos habíamos planteado alquilar una autocaravana, pero veíamos muchas en carretera y mi hija pequeña llevaba mucho pidiendo probar alguna vez. Pero estaban todas esas cosas que te perturban ¿Dormir en cualquier sitio? ¿Y si te quedas sin agua? ¿Y sin luz? ¿Vaciar las aguas del baño? ¿ Cómo será conducir un vehículo tan grande? Etc.

Ayuda mucho que hay cientos de blogs y páginas en Internet de amantes de las AC que te ayudan a hacerte una idea de cómo es la cosa y a planificar aventuras de cualquier tamaño y ambición. Nosotros queríamos probar sin muchos riesgos cómo era esto y elegimos un itinerario que nos dejaba a no más de 2 horas de casa. Después de leer mucho nos animamos a alquilar con Aixa, porque además de estar muy cerca de casa, Marino fue muy paciente con nosotros contestando preguntas, enseñándonos el vehículo minuciosamente y dándonos algunos consejos.

Lo que sigue es un resumen de nuestra experiencia de novatos absolutos. Primero explicaré la preparación del viaje y las cosas que nos han sorprendido. Después explicaré el itinerario que, con niños (en nuestro caso de 12 y 8 años), resulta muy entretenido para un fin de semana.

Preparando el viaje y quitando miedos

Quedamos con Marino una tarde de miércoles para ver el vehículo, sin tener muy claro si nos íbamos a animar. Nunca habíamos estado en el interior de una autocaravana. Mis hijos se volvieron locos subiendo y bajando de las camas, abriendo todas las puertas y haciendo preguntas. A mí me sorprendió el espacio y la luminosidad interior. Era un habitáculo más que suficiente para los cuatro. La nevera ¡tenía hasta congelador! Y la ducha era del tamaño de la que uno encuentra en algunos hoteles. La mesa del salón con la TV ahí arriba daba totalmente la impresión de estar en cualquier apartamento. Eso sí, me seguía pareciendo un vehículo enorme. Saliendo del parking, el viernes, cuando por fin nos la llevamos, recuerdo que iba pensando: soy un camión, soy un camión, soy un camión…

Lo teníamos todo preparado, pero nada de maletas. Unas pocas bolsas grandes para trasladar las cosas. Colocar en los armarios la ropa necesaria para un fin de semana, las cosas de aseo y la nevera (en principio solo para desayunar y merendar, nuestra idea era comer y cenar en los pueblos del camino). El garaje permite no tener que pensar mucho en qué echas y qué no. Todo cabe. Mete la barbacoa por si acaso. Y alguna manta más por si hiciera frío de noche. Echa algún zapato más por si se nos mojan. ¿La bata y las zapatillas de estar en casa? ¿Por qué no?, al fin y al cabo es como estar en casa. Luego descubres que la calefacción es más que suficiente y que te sobran las mantas aunque afuera haga menos de 10 grados, pero los novatos no sabemos estas cosas.

Además de conducir un vehículo de más de 6 metros de largo, me preocupaba la autonomía de agua y electricidad. Marino nos había asegurado que para un fin de semana los 100 litros de agua y la batería -cargada con la placa solar- daban más que suficiente. Aun así comprobamos el nivel del agua y de la carga de batería de la vivienda cada vez que abríamos un grifo o encendíamos una luz. No pasamos de gastar ni la mitad del agua y ni dos tercios de la carga de la batería. Lo de la placa solar es alucinante: ya había cargado completamente la batería cuando nos despertamos el sábado por la mañana después de estar la noche anterior un buen rato con todas las luces encendidas, viendo la tele hasta tarde, cargando las dos tablets de los niños y nuestros dos teléfonos toda la noche. En las primeras 12 horas ya estaba convencida de que ni conducirla ni la autonomía de consumo iban a ser un problema.

El viaje es el destino

Habiendo leído algunos blogs, decidimos que haríamos un pequeño itinerario parando a dormir en áreas de autocaravana. El primer tramo del viaje enteramente por autovía entre Pamplona y Arguedas ayudó a ganar confianza en la conducción. Los niños viajan cómodos con la mesa delante que les permite llevar algunos juguetes con ellos.  La primera duda surgió en el tramo final llegando a Arguedas: ¿seguir el GPS o las indicaciones locales por un camino que parecía demasiado descuidado? Ya lo decían los demás en las apps sobre el lugar: el GPS no sabe llegar, pero el camino no daba mucha confianza a estos novatos, aun así nos metimos por el camino indicado…

1.      Noche del viernes: área de autocaravana de Arguedas

…y allí estaba el área de autocaravana de Arguedas. Llena a rebosar un viernes de mayo de AC y campers. Aparcamos los penúltimos. Es un área popular porque además de ser gratuita está a poco más de 10 minutos del Parque Natural de las Bardenas Reales. Está junto al cementerio y las casas- cuevas que tienen una visita interesante para los niños, aunque el ayuntamiento tiene una placa indicando que no se debe entrar por seguridad.

Caminamos poco más de 10 minutos al primer bar del pueblo donde cenamos estupendamente por menos de 30 euros los cuatro. Es difícil comer mal en Navarra, la verdad. Identificamos la panadería donde íbamos a comprar el pan a la mañana siguiente y volvimos a nuestra “casita”. Los niños abrieron sus sacos de dormir, nosotros colocamos nuestro edredón en la cama de la capuchina y colocando los oscurecedores después de un rato trasteando y viendo la tele nos fuimos a dormir. Sí es verdad que escuchas todos los ruidos de los alrededores y más con el cierzo que soplaba con fuerza. La otra cosa que nadie te cuenta es que toda la caravana se mueve cuando alguien se da la vuelta en la cama. Si tienes un hijo que da doscientas vueltas antes de quedarse dormido, pues te mueves bastante un rato. Pese a lo cual dormimos bien. Nos despertaron los pájaros, cantando al amanecer a eso de las seis de la mañana, pero todos nos volvimos a quedar dormidos hasta casi las nueve. Desayuno, duchas, fregar (enésima comprobación del nivel del agua). Y en marcha hacia las Bardenas.

1.      Sábado por la mañana: parque natural de las Bardenas Reales

El Parque Natural de las Bardenas se visita en coche (se puede hacer en mountain bike o caminando también). El recorrido largo alrededor del campo de tiro militar es de unos 35 kilómetros y lleva algo más de hora y media recorrerlo. Se les hizo algo pesado a los niños dando botes por la pista de tierra. Si volviéramos haríamos el camino corto hasta el Castidetierra y caminaríamos más rato. La carretera de acceso es estrecha y en según qué lugares estos novatos sufrieron al cruzarse con otros vehículos. Pero el camino dentro del parque es algo más amplio.

Se nos hizo la hora de comer dando la vuelta al parque. Llevábamos la barbacoa en el garaje y unas chuletas en la nevera. Así que desafiando al fuerte cierzo nos dirigimos al área de Area de las Limas (en un lateral de la N-134, km.11,5 aprox.) que dispone de un lugar cubierto para comer y poder hacer unas estupendas chuletas a la brasa.

Cruzamos la autocaravana para que nos protegiera del viento y dimos buena cuenta de ellas. Nuestro siguiente destino estaba a poco más de una hora: el balneario de Arnedillo
3. Sábado por tarde y segunda noche: Arnedillo

Arnedillo está dentro del parque de la biosfera de La Rioja, sobrevolado por  buitres y con unos bonitos paisajes de montaña. Ya sabíamos que el balneario de Arnedillo admitía niños, lo cual no es habitual en este tipo de instalaciones, de modo que íbamos con la idea de pasar allí la tarde en remojo. En Arnedillo existe un área municipal de autocaravanas en lo alto del pueblo. De hecho el resto de parkings tienen barras que limitan la altura. Con una AC solo se puede aparcar en el área. Con niños pequeños puede ser un poco incómodo subir de vuelta desde el pueblo porque la cuesta es larga y muy empinada. Pero perfectamente asequible para un adulto.

Pasamos la tarde en el balneario aunque nos quedamos con las ganas de probar las termas que están al lado y son gratuitas (y también por eso están llenas a todas horas).

Cenamos en el pueblo bastante bien y subimos la cuesta de vuelta -que costó después de la paliza del balneario- para dormir junto a otras 8 o diez autocaravanas muy tranquilos. Un empleado municipal pasó a la mañana siguiente a cobrar los 10 euros correspondientes. Nos dio a cambio un vale de 5 euros de gasolina. Además el área nos permitió probar a estar enchufados a la red eléctrica, a vaciar las aguas grises y negras, cargar el agua limpia y usar la conexión wifi que hizo felices a mis hijos porque podían ver sus videos de YouTube como en casa. Los baños además estaban limpios y bien equipados de papel y jabón. No se puede pedir más.

Después de los arreglos matinales nos pusimos rumbo a Enciso. En poco más de 15 minutos estábamos en nuestro destino

1.      Domingo: los dinosaurios de Enciso y vuelta a casa

En Enciso se descubrió la mayor concentración de huellas de dinosaurios de Europa. Está a poco más de 17 kilómetros de Arnedillo, siguiendo el curso Del Río Cidacos. Hace casi una década montaron el Barranco Perdido, un lugar que aúna un museo, un parque de aventuras, una piscina (de junio a septiembre) y actividades palentológicas. Por la mañana hicimos el circuito de multiaventura y por la tarde nos enseñaron a buscar huellas de dinosaurios.

En esta época del año había relativamente poca gente, pero cuando abren las piscinas, desde mediados de junio, las colas pueden ser interminables por lo que nos contaron. Se puede aparcar la autocaravana al lado del río donde también hay unos asadores públicos.

Cuando terminamos nuestras aventuras, condujimos hasta el lugar donde se encuentran las huellas de dinosaurios, a unos 3 kilómetros carretera arriba. Han puesto unas reproducciones de dinosaurios a tamaño real que son muy chulas y que fueron el final de nuestro viaje. Desde ahí nos dirigimos de vuelta a Pamplona, muy contentos de nuestra primera experiencia en autocaravana, ¡y todo con un sólo depósito de gasoil!

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